Historia del TC

16/12/2019

No habrá otro igual

A 30 años del fallecimiento de Oscar Alfredo Gálvez. Fue el primer argentino en ganarle a los europeos y cinco veces campeón de TC.

Hoy se cumplen tres décadas de la partida de Oscar Alfredo Gálvez. Fue uno de los próceres del automovilismo argentino por sus éxitos deportivos y por ser innovador en el tema de publicidad y seguridad en los autos. Junto a su hermano Juan ambos fueron destacados pilotos-preparadores y marcaron una época en el Turismo Carretera donde entre los dos se quedaron con 14 campeonatos en 15 temporadas.

Oscar nació un 17 de agosto de 1913 en San Martín, pero su familia luego se mudó a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Era hijo de inmigrantes españoles. A los 10 años le daba una mano en el taller familiar a su hermano mayor, Marcelino Luis. Luego con Juan compraron un Ford T para empezar a competir en las picadas donde Oscar venció en varias oportunidades. Ahí le dijeron de anotarse en un Gran Premio que se iba a correr en 1937...

Sí, se trató de la primera carrera del TC que se largó el 5 de agosto de ese año. Compitió con un Ford modelo 35 con el Nº 58. Fue protagonista desde el inicio y marcó 3h01m01s para los primeros 361 kilómetros. Su velocidad promedio fue de 119,756 km/h yendo a Rosario, llegando sexto, adelantando a la mayoría de sus rivales en un auto pobre para la época. Hasta que en la segunda etapa abandonó por la rotura del radiador y un posterior vuelco. “Allá por la tierra nos perdimos. Dábamos vueltas y vueltas sin encontrar la ruta. Estábamos primeros en Rosario y segundos a medio minuto en Córdoba. ¡Qué lástima!, íbamos tan bien”, contaba Gálvez, según relata la crónica de El Gráfico.

En el TC disputó 169 carreras, siempre vinculado a Ford, triunfando en 43. Ganó cinco campeonatos (1947, 1948, 1953, 1954 y 1961), siendo el cuarto piloto con más títulos ganados. Obtuvo seis subcampeonatos y en 1952 marcó un hecho importante en la categoría, ganar seis carreras a lo largo de un mismo torneo.

Pero otro de sus grandes méritos fue el 6 de febrero de 1949 cuando fue el primer corredor argentino en ganarle a los europeos en lo que eran las competencias de Grand Prix, la precuela de la Fórmula 1 que nació en 1950. Fue a bordo de un Alfa Romeo 8C 308 en un circuito callejero en el Parque 3 de Febrero en Palermo y bajo una lluvia torrencial. “El destino final de ese glorioso Alfa Romeo 3,8 fue el Automóvil Club Argentino (ACA). Yo nunca pensé en venderlo, pero en un momento necesitaba el dinero y vinieron a comprármelo. Y como se trataba del ACA se los vendí en 85.000 pesos, pero resulta que el auto era para Fangio. Ellos lo compraron con un cheque del club, pero después se lo dieron a Juan y ahora lo tiene él en Balcarce todo desarmado. Fue una pena, pero yo necesitaba la plata”, contó en una nota en la Revista CORSA en 1980. Hoy esa reliquia descansa en el museo del Quíntuple en Balcarce.

El 18 de enero de 1953, participó del primer Gran Premio de la República Argentina de Fórmula 1, disputado en el nuevo autódromo “17 de Octubre” de la Ciudad de Buenos Aires, que llevaba ese nombre porque lo mandó a construir Juan Domingo Perón. En el regreso a la categoría a bordo de una Maserati, terminó en el quinto lugar de la carrera, que ganó el italiano Alberto Ascari con una Ferrari. 

A esa altura ya era conocido por su apodo del Aguilucho. “Me lo puso el periodista Pedro Fiore, en la Buenos Aires-Caracas (1948), cuando caí en un barranco en Ica, camino a Lima, dijo que 'había volado como un aguilucho'”, explicó Oscar una vez. Era muy apasionado cada vez que contaba sus historias que recordaba con lujos de detalles a pesar de los años.

Se retiró a los 51 años, en la Vuelta de Junín el 18 de octubre de 1964 manejando un Ford Falcon con el que abandonó en el segundo giro por problemas mecánicos. “Por el accidente que le costó la vida a mi hermano, mi familia me pidió que dejara de correr”, aseguró Gálvez, quien ya tenía un buen vínculo con la terminal de General Pacheco y como en ese momento era director deportivo de la marca del Óvalo le pidieron si podía probar en carrera ese auto. Años más tarde fue asesor deportivo del equipo oficial que logró siete campeonatos consecutivos con Héctor Luis Gradassi (1972, 1974, 1975 y 1976), Nasif Moisés Estéfano (1973) y Juan María Traverso (1977 y 1978).

Sin embargo, sus méritos no solo fueron deportivos o en la preparación de coches. Oscar fue el pionero en nuestro país en usar casco y cinturón de seguridad. También en usar jaula antivuelco y trabas en las puertas. Además, fue el primero a nivel nacional en pintar una publicidad en su auto. Por caso el día que le ganó a los europeos en Palermo su monoposto llevó el patrocinio de una conocida cerveza.

El domingo 12 de marzo de 1989, en un merecido homenaje, se rebautizó el Autódromo de la Ciudad de Buenos Aires con su nombre. Estuvieron presentes 35.000 personas más allá de que ese día no hubo una carrera. A partir de 2005 se incluyó en la denominación del escenario a su hermano Juan, quien perdió la vida en un accidente en una carrera de TC en Olavarría el 3 de marzo de 1963.

A causa de un cáncer de páncreas falleció el 16 de diciembre de 1989. Tenía 76 años. Ese día se fue un grande del automovilismo y del deporte nacional. Pero el Aguilucho dejó su marca para siempre y por eso es inolvidable.

PorDarío Coronel